Inteligencia artificial- IA y la vida artificial.
La IA y la vida artificial son dos cosas muy diferentes, pero ¿cómo se relacionan? Hay que entender ambos conceptos para comprender el futuro de la IA.
¿Cómo se relacionan la IA y la vida artificial? Nos sorprende la capacidad del hombre para programar a su propio hijo en el útero.
¿No es eso un símbolo de lo que llevamos décadas intentando hacer mediante la Inteligencia Artificial (IA)?
La inteligencia artificial (IA) y la vida artificial están estrechamente relacionadas. La IA consiste en crear programas informáticos que puedan ser tan inteligentes como los humanos.
En nuestro mundo, esto significa crear agentes informáticos que puedan pensar y actuar como nosotros.
La vida artificial es un campo de estudio que se centra en la creación de programas informáticos que puedan realizar tareas similares a las de los organismos vivos.
La vida artificial, en este sentido, se refiere a los «robots», como los juguetes infantiles interactivos que se mueven, hablan y pueden programarse para respirar o tener un latido.
La IA y la vida artificial son fundamentalmente caras diferentes de una misma moneda.
Surgen con el mismo objetivo: hacer entidades inteligentes similares a los humanos que nos superen en nuestras habilidades más humanas (usar el conocimiento, la creatividad, el razonamiento).
Todos estamos inmersos en este mundo y seguimos el desarrollo tecnológico que se está produciendo en estos momentos.
La IA y la vida artificial están interrelacionadas, pero ¿cómo? ¿Cómo va a cambiar la vida artificial y el futuro de los ordenadores el mundo que nos rodea?
El Máster en Inteligencia Artificial CEUPE te ofrece la oportunidad de desarrollar competencias transversales y aplicadas en un amplio abanico de campos relacionados con la inteligencia artificial y las nuevas tecnologías.
¿Qué es la vida artificial?
La vida artificial (a menudo abreviada como ALife o A-Life) es un campo de estudio y una forma de arte asociada que examina sistemas relacionados con la vida natural, sus procesos y su evolución, mediante el uso de simulaciones con modelos informáticos, robótica y bioquímica.
La disciplina fue bautizada por Christopher Langton, informático estadounidense, en 1986.
Hay tres tipos principales de vida artificial, llamados así por sus enfoques: suave o blanda- del software; dura- del hardware; y húmeda- de la bioquímica.
La vida artificial imita a la biología tradicional intentando recrear algunos aspectos de los fenómenos biológicos. El término «inteligencia artificial» se utiliza a menudo para referirse específicamente a la vida blanda.
La inteligencia artificial es un campo de estudio mucho más antiguo que busca crear máquinas «pensantes» que puedan tomar decisiones sin ser programadas explícitamente.
La IA y la vida artificial en la actualidad
La IA y la vida artificial están muy relacionadas.
Ambos campos estudian las formas de vida e inteligencia, tanto naturales como artificiales. La vida artificial es un subcampo de la IA dedicado a construir sistemas informáticos que presenten las propiedades que asociamos con la vida.
En particular, los investigadores de la vida artificial se interesan por el estudio de los fenómenos emergentes: propiedades que surgen de interacciones simples entre muchos agentes.
La inteligencia artificial es un campo mucho más antiguo. El término se utilizó por primera vez en 1956 para describir la investigación sobre la creación de máquinas inteligentes.
En aquella época, los científicos definían la «inteligencia» como un conjunto de problemas abstractos que un ordenador podía resolver, como jugar al ajedrez o demostrar teoremas matemáticos.
Se consideraban algunos de los problemas más difíciles de la ciencia y la ingeniería, por lo que si un ordenador podía resolverlos, sería inteligente.
El estudio de la inteligencia artificial ha cambiado desde entonces; hoy en día hay muchas definiciones diferentes de lo que significa que una máquina sea inteligente.
Sin embargo, hay algo que no ha cambiado: La IA sigue centrándose en crear máquinas que puedan resolver problemas difíciles.
Por eso la IA y la vida artificial van de la mano: Las propiedades emergentes, como la inteligencia, surgen cuando los agentes simples interactúan entre sí.
El pasado compartido de la IA y la vida artificial
En los primeros tiempos de la IA, era habitual considerar la vida artificial como un subconjunto de la IA.
Esto se debía, en parte, a que el primer campo que se denominó «inteligencia artificial» (en 1956) abarcaba no sólo los temas tradicionales de la IA, como la lógica, la resolución de problemas y la planificación (por ejemplo, el juego de ajedrez), sino también el estudio de cómo funcionan los cerebros, cómo aprenden éstos e incluso cómo se comportan los organismos en su entorno (por ejemplo, las hormigas robóticas).
Sin embargo, en la década de 1980, la IA y la AL habían adoptado identidades separadas.
Esto se debe, en parte, a que la revolución del aprendizaje profundo en el aprendizaje automático había revitalizado el interés por las redes neuronales artificiales y los robots basados en la percepción.
Y en biología había un movimiento creciente hacia los estudios de la complejidad que ponía el acento en los comportamientos adaptativos por encima de las explicaciones mecanicistas de dichos comportamientos.
Irónicamente, hoy nos encontramos en un punto similar al que teníamos en la década de 1950.
En parte debido a los avances en el aprendizaje profundo y la robótica, hay muchos puntos en común entre los investigadores de AL y de IA (véase la barra lateral: «Los nuevos mejores amigos de la IA»).
Por ejemplo, comparten un vocabulario común (por ejemplo, algoritmos genéticos), herramientas matemáticas (por ejemplo, aprendizaje por refuerzo), problemas (por ejemplo, comportamientos de robots autónomos a largo plazo).
¿Qué depara el futuro para la IA y la vida artificial?
El campo de la vida artificial, o Alife, es cada vez más sofisticado y ambicioso en sus objetivos.
Antes se limitaba a simular organismos vivos en un ordenador, pero ahora pretende crear la propia vida.
La idea de crear formas de vida sintética existe desde hace décadas.
De hecho, los laboratorios de biotecnología actuales están llenos de organismos artificiales sintetizados a partir de secuencias de ADN elaboradas por los científicos.
Estos organismos creados en laboratorio tienen muchos usos: un tipo se utiliza para fabricar insulina para diabéticos. Otro se utiliza para limpiar vertederos tóxicos.
Y los investigadores intentan utilizar estas formas de vida como vehículos de entrega de vacunas y otros fármacos, dando un nuevo significado al término «medicina».
Pero incluso en los casos en que los organismos creados artificialmente ya se utilizan en el mundo real, siguen sin estar verdaderamente «vivos».
Esto se debe a que no pueden reproducirse por sí mismos; no tienen código genético propio, lo que limita su independencia y los hace depender de los humanos para sobrevivir.
El objetivo de Alife es crear organismos vivos que no necesiten la intervención humana porque son capaces de reproducirse por sí mismos.
Los científicos de Alife intentan conseguirlo creando máquinas que puedan evolucionar de forma independiente y adaptarse a su entorno sin intervención humana.
La IA y la vida artificial: ¿Cómo se relacionan?
La Inteligencia Artificial (IA) es el nombre comúnmente utilizado para describir un grupo de disciplinas de las ciencias de la computación que buscan crear máquinas inteligentes, especialmente máquinas capaces de aprender y resolver problemas.
La vida artificial se refiere a modelos informáticos diseñados para simular sistemas biológicos.
La idea es que la vida artificial puede simular sistemas complejos que son difíciles o imposibles de entender a través de los métodos científicos tradicionales.
Se trata de fenómenos como el comportamiento de las colmenas de abejas, el crecimiento de las plantas o el funcionamiento de los animales.
Para modelar estos sistemas complejos, los investigadores de la IA y la vida artificial emplean algoritmos matemáticos basados en procesos que nos resultan familiares en nuestra vida cotidiana: algoritmos como el «olvido» de la información cuando se vuelve innecesaria o el almacenamiento de datos en bancos de memoria a medida que los procesamos.
Los dos campos de investigación están estrechamente relacionados porque utilizan las mismas herramientas y técnicas para crear resultados diferentes:
La IA estudia la inteligencia humana, mientras que la vida artificial utiliza la biología como guía para construir máquinas similares a la vida.
La diferencia entre la IA y la vida artificial
La inteligencia artificial suele referirse a las máquinas que son capaces de realizar tareas de una forma que consideraríamos «inteligente», por ejemplo, reconociendo patrones o aprendiendo.
La vida artificial se refiere a programas informáticos o robots diseñados para imitar a los organismos vivos con el fin de estudiarlos o comprender mejor los ecosistemas del mundo real.
Algunos investigadores incluso han sugerido que podríamos crear nuevas formas de vida basadas en principios de inteligencia artificial.
Conclusión: La IA y la vida artificial parecen ser capaces de utilizar algunas de las mismas herramientas para resolver problemas.
La IA y la vida artificial son dos de las tecnologías más emocionantes y a la vez más intimidantes que podríamos experimentar.
La esperanza es que puedan utilizarse para resolver algunos de los mayores problemas del mundo y ayudarnos a avanzar exponencialmente en el futuro de la humanidad.
En este momento, el futuro es bastante incierto. Pero nunca es demasiado tarde para aventurarse en el mundo de la IA y la vida artificial…