¿Cómo la IA en la administración pública podría mejorarla?
La IA en la administración pública está presente. Cada día se desarrolla más y se aplica a más sectores de los que se pueden imaginar.
Muchas grandes empresas han empezado a utilizar la IA para una amplia gama de aplicaciones, como la atención al cliente en línea, el marketing y el desarrollo de productos.
Y ahora es el momento de que las administraciones públicas avancen y entren en la era de la IA.
La administración pública es un servicio público destinado a apoyar el bienestar de los ciudadanos o usuarios.
Es el conjunto de servicios basados en diversas leyes y reglamentos que permiten a los individuos ejercer sus derechos, facilitar la gobernanza y administrar justicia.
Hoy en día, los procedimientos y trámites son cada vez más fluidos y se basan cada vez más en herramientas tecnológicas (software).
La Inteligencia Artificial juega hoy un papel importante en las administraciones como una nueva forma de automatizarlas.
El desarrollo de la IA en la administración pública tiene su contexto único y lo más importante es comprender las implicaciones de cómo puede aplicarse realmente en los distintos niveles administrativos.
La Inteligencia Artificial (IA) podría ser la tecnología clave para mejorar la calidad del gobierno.
Las organizaciones gubernamentales necesitan analizar muchos datos. Muchísimos.
Y ni siquiera hemos empezado a comprender el potencial de los big data cuando se trata de mejorar la sanidad, la seguridad pública, el medio ambiente, la educación y muchos otros sectores que afectan a nuestras vidas.
La IA en la administración pública puede ayudarnos a descubrir patrones y conocimientos que antes no podíamos.
Hasta ahora esta revolucionaria tecnología se ha abierto camino en el sector privado, pero el potencial en la administración pública es inmenso y puede ayudar a que los gobiernos sean más eficientes y eficaces.
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El papel de la IA en la administración pública
Las aplicaciones de la IA son aparentemente ilimitadas, pero en el ámbito de la administración pública tienen el potencial de mejorar la eficiencia y la eficacia de los procesos gubernamentales.
En los últimos años, la inteligencia artificial (IA) ha experimentado un aumento de interés y aplicaciones.
Se utiliza para acelerar el desarrollo de nuevos productos y servicios, y para automatizar muchas funciones dentro de las empresas.
Pero también se está aplicando en la administración pública, con implicaciones para el funcionamiento de los gobiernos, la interacción con los ciudadanos y la prestación de servicios.
A medida que nos sentimos más cómodos comprando por Internet, utilizando aplicaciones para reservar taxis o para que nos lleven la comida a casa, esperamos que nuestras interacciones con las administraciones públicas sigan el mismo camino.
De hecho, hoy en día muchos ciudadanos realizan gran parte de su interacción con las administraciones públicas a través de canales digitales, ya sea para presentar la declaración de la renta o solicitar prestaciones sociales.
Así que no es de extrañar que las administraciones públicas estén experimentando con la IA para ayudarles a reducir el tiempo de tramitación de las solicitudes y otras tareas burocráticas, aumentar la precisión de las decisiones y reducir los errores humanos en el mantenimiento de los registros.
Tendrán acceso a grandes cantidades de datos sobre el comportamiento y las preferencias de los ciudadanos cuando interactúen con los distintos organismos.
Los algoritmos de IA en la administración pública, pueden utilizar esta información para «aprender» a prestar un mejor servicio a los ciudadanos y las empresas.
La IA y los servicios públicos
La inteligencia artificial es una de las evoluciones tecnológicas más transformadoras de nuestro tiempo.
Las empresas se ven sometidas a una enorme presión para adoptar esta tecnología, no solo para estar a la altura de sus competidores, sino también para satisfacer las demandas de una clientela cada vez más experta en IA en la administración pública.
Todos los sectores están siendo perturbados por una mezcla de IA y automatización.
El sector público no es inmune a esta transformación y también se beneficiará de la adopción de tecnologías inteligentes.
La IA en la administración pública, puede ayudar a reducir los costes, impulsar la productividad y ayudar a los gobiernos a prestar mejores servicios.
Por ejemplo, la IA puede utilizarse para predecir cuándo es probable que falle un equipo, lo que evitará costosas interrupciones de los servicios públicos.
La IA en la administración pública, también podría ser fundamental en ámbitos como la detección del fraude, la gestión del riesgo y la recaudación de impuestos.
Por ejemplo, un informe reciente muestra que las autoridades fiscales están utilizando algoritmos de aprendizaje automático para detectar reclamaciones fraudulentas e identificar a las personas que pueden no haber pagado sus impuestos correctamente.
La IA en la administración pública, puede utilizarse incluso en ciberseguridad. La tecnología puede analizar los datos en tiempo real y acelerar los procesos de detección de amenazas o aislar los sistemas comprometidos en tiempo real antes de que causen daños.
La IA en los procedimientos administrativos
Podemos decir que se ha aplicado la IA en la administración pública, a los organismos gubernamentales con el objetivo de aumentar su eficiencia y transparencia.
Un ejemplo de ello es el uso de herramientas de IA para automatizar los procedimientos administrativos, como las solicitudes de pasaporte o los servicios judiciales.
Esto permite a los ciudadanos acceder a los servicios públicos de una forma más rápida, segura y transparente.
Además, permite a los ciudadanos hacer uso de estos servicios a través de canales digitales, sin tener que acudir físicamente a las oficinas administrativas, esta mejora facilita el acceso a la información a todos los ciudadanos por igual, independientemente de su ubicación o condición física (edad, discapacidad).
La implantación de la inteligencia artificial en los procedimientos administrativos es una práctica que está tomando fuerza en los últimos años.
El objetivo es reducir el papeleo, agilizar y facilitar las operaciones, así como facilitar al ciudadano la obtención de servicios públicos.
Este nuevo enfoque implica el uso de tecnología avanzada y la conexión de dispositivos y sistemas electrónicos.
Por lo tanto, además de un cambio en la mentalidad de la administración, también requiere un cambio en nuestra mentalidad hacia la tecnología.
La adopción de la IA en los procedimientos administrativos, independientemente de su modalidad, nos permite dejar de ver al usuario como un receptor pasivo y convertirlo en un participante activo del proceso.
Esto aporta grandes beneficios ya que le permitirá tomar el control sobre su proceso de solicitud y ser consciente en todo momento de su estado.
¿Cómo con la IA en la Administración pública se puede tomar mejores decisiones?
No se puede subestimar el potencial de la IA para mejorar el sector público.
Pero, ¿cómo puede la IA ayudar realmente a la administración pública a tomar mejores decisiones?
Las administraciones públicas, los ciudadanos y otras partes interesadas generan cada día grandes cantidades de datos.
Los conjuntos de datos contienen mucha información que puede ser utilizada por las administraciones públicas para mejorar sus procesos de toma de decisiones.
Cada vez es más difícil para los analistas humanos identificar patrones en estos grandes volúmenes de datos.
Aquí es donde entra en juego la IA en la administración pública.
La IA puede analizar grandes conjuntos de datos y encontrar patrones, lo que permite a los administradores tomar decisiones basadas en pruebas y conducirlos a mejores resultados.
Ventajas de la IA en la Administración pública:
El uso de la IA en la administración pública podría identificar y atender las necesidades de las personas de forma más precisa y eficiente.
Los administradores públicos podrían utilizar la IA para aumentar la capacidad de respuesta a los ciudadanos y también ayudar a mejorar la calidad de los servicios prestados.
La IA puede ayudar a las administraciones públicas a tomar decisiones gracias a su capacidad para reconocer patrones en los big data que manejan las administraciones públicas.
En la gestión de las relaciones con los ciudadanos, la Inteligencia Artificial puede reducir los costes de tramitación de las solicitudes, aumentando al mismo tiempo la productividad y la calidad.
Las tecnologías de IA pueden ser muy útiles en áreas como la recaudación y deducción de impuestos, la prevención y detección del fraude, la formulación de políticas y la elaboración de presupuestos.
La IA es relevante para todas las funciones gubernamentales, desde la prevención y detección de delitos, la gestión de catástrofes, la supervisión financiera, el control del automóvil, la asistencia sanitaria y las prestaciones sociales.
La IA tendrá un impacto significativo en la administración pública al automatizar las tareas que actualmente realizan los humanos.
Conclusión: El papel de la IA en la administración pública sigue evolucionando.
En consecuencia, el papel de la Inteligencia Artificial en la administración pública sigue evolucionando.
Su impacto dependerá de cómo se implementen los procesos digitales, como el big data y el aprendizaje automático.
Por ejemplo, el hecho de que el análisis predictivo marque la diferencia en la elaboración de políticas informando de ellas, o incluso decidiéndolas en parte, dependerá en gran medida de cómo se diseñen y utilicen las plataformas.